En lo que va del año, en San Luis Potosí, se han registrado 200 muertes relacionadas con el crimen organizado, asi lo reconoció el Procurador General de Justicia del Estado, Miguel Ángel García Covarrubias.
La cifra no es menor y hay quien se atreve a afirmar que seguro son más, y se suman a las desapariciones, secuestros, extorciones y demás de litos de alto impacto que han marcado la vida de los potosinos.
No es cosa menor, ni de juego, así lo reconocen los encargados de la seguridad tanto en la capital potosina como en Soledad, hay temor entre la población ante una realidad violenta que nos ha alcanzado.
La pregunta es qué harán los responsables de diseñar las estrategias para frenar esta ola que hoy nos amenaza.
Este lunes platicamos con Eduardo Salcedo, periodista y autor del libro "Narcotráfico, Corrupción y Estados', un análisis puntual de la situación de inseguridad en Colombia, Guatemala y México y nos compartía que la dinámica y estructura de la delincuencia organizada ha cambiado, y que hoy el pensar en cortar las cabezas para debilitar a las organizaciones ya no es funcional pues ahora sus estructuras están armadas para que de inmediato surja no uno, sino varios liderazgos más.
Ante este planetamiento, todos los esfuerzos por golpear a los grupos criminales habrían sido inútiles pues han ido encaminados a eso, a cortar cabezas, poco se ha tocado a las estructuras operativas y es aqui donde las autoridades locales bien podrían hacer su contribución, pues el ámbito de su competencia hoy les permite combatir al narcomenudeo.
Ahí está la relevancia de la participación coordinada, las corporaciones estales y municipales deben asumir su responsabilidad con equipo, capacitación y estrategia y empezar a cortar las ramas que han fortalecido a los grupos criminales.
Una buena medida en este sentido ha sido tipificar el delito de los llamados halcones, porque impacta en la operación de los grupos delictivos, más aciertos de estos hacen falta y menos errores o daños colaterales.
30/10/2012