UN LIBRO ANALIZA EL NEGOCIO ACTUAL DEL TRÁFICO DE DROGAS
Los escritores consideran que el narcotráfico dejó de ser el único negocio de las redes criminales.
Sandra Parra - DPA
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EFE
En la actualidad ya no es posible hablar de cárteles debido a que estas estructuras ya no están organizadas de manera jerárquica, ni de organizaciones narcotraficantes dado que las “redes criminales” ya no tienen el narcotráfico como un negocio exclusivo.
Estas conclusiones, así como que en la actual coyuntura lo que existen son redes criminales trasnacionales y no organizaciones exclusivamente manejadas por colombianos o mexicanos son las tres conclusiones a las que llegó un estudio de los colombianos Luis Jorge Garay y Eduardo Salcedo sintetizado en el libro “Narcotráfico, corrupción y estados” (Debate, 2012).
La publicación analizó el caso de la infiltración en política de los paramilitares en Colombia, fenómeno conocido como la “parapolítica”; las interacciones de funcionarios públicos, sociedad civil y narcotraficantes con el grupo La Familia Michoacana en México y la situación del ex presidente de Guatemala Alfonso Portillo, a quien Estados Unidos acusó de haber lavado millones de dólares provenientes de un desfalco al Estado guatemalteco a través de cuentas bancarias en Estados Unidos.
Según explicó el politólogo Salcedo, ya no es posible hablar de carteles del narcotráfico porque ya no existen grupos como los que se vieron en los 80 o 90 en Colombia, con una estructura piramidal que tenía un capo que concentraba todo el poder de decisión, sino redes descentralizadas que tienen muchas subredes.
“Entonces, así como fue posible desarticular el cártel de Medellín en Colombia con la muerte de Pablo Escobar aquí no va a ser posible acabar con la Familia Michoacana con la muerte de su líder ‘La Tuta’ (Servando Gómez Martínez) o de quien sea”, aseguró a dpa.
La investigación además considera que ya no se debe hablar únicamente de narcotráfico dado que las “redes criminales” en la actualidad tienen una integración de mercados como el tráfico de humanos, contrabando, secuestro, extorsión, explotación ilegal de minerales, entre otros. Sobre este último aspecto, Salcedo coincide con otros analistas del tema que va a ser la tendencia que se va a afianzar en los grupos delincuenciales debido a su rentabilidad, que en muchas ocasiones sobrepasa los recursos que se obtienen a través del narcotráfico.
“En este aspecto hay una zona gris de confluencia entre intereses legales e ilegales muchas veces desregulados y hacen que la minería sea el espacio de inserción ilegal que más auge va a tener”, afirmó.
“El hecho que ya no hablemos de narcotráfico nos lleva inmediatamente a la reflexión acerca de que si aquello de la despenalización va a acabar con el narcotráfico porque si ya tienen una cantidad de mercados y de ofertas ilegales obviamente el negocio de la cocaína es lo que más utilidades les reporta, pero muy seguramente van a poder seguir existiendo con las otras actividades ilícitas”, agregó.
Según los autores, dentro de la transformación que han tenido las estructuras del crimen organizado también se evidencia que dejaron de ser redes que manejaban de forma exclusiva delincuentes colombianos, mexicanos o centroamericanos.
“Lo que se observan son ejes, una red que configura un eje criminal que opera en Estados Unidos, México, Guatemala, todo Centroamérica, atraviesa Panamá, en Colombia están a sus anchas, en Venezuela. Llegan a África occidental, suben a Europa, son unos ejes totalmente trasnacionales, por supuesto tienen su expresión local en el territorio pero en realidad operan como redes totalmente trasnacionales, ya no domésticas”, indicó.
Los investigadores colombianos Eduardo Salcedo y Luis Jorge Garay, autores del libro ‘Narcotráfico, corrupción y Estados. Cómo las redes ilícitas han reconfigurado las instituciones en Colombia, Guatemala y México‘.
01/11/2012