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  • Eduardo Szklarz

“La dinámica del crimen organizado en Latinoamérica” - Eduardo Salcedo-Albarán para Infosur Hoy


La dinámica del crimen organizado en Latinoamérica

Las organizaciones delictivas con estructuras de poder descentralizadas están participando en una variedad de negocios, tanto legales como ilegales, para intentar controlar territorios.

Desde 2008, el Gobierno de Rio de Janeiro ha invertido en Unidades Pacificadoras de Policía (UPP) para recuperar su presencia en las favelas de la ciudad, las cuales habían estado bajo el control de organizaciones delictivas por décadas. En la imagen, un policía militar avanza en un tiroteo, pasando un autobús incendiado por delincuentes en Morro da Mangueira el 28 de enero de 2009. (Marco Antonio Cavalcante/A

BUENOS AIRES, Argentina – El crimen organizado está transformándose en Latinoamérica.

Los analistas de seguridad afirman que las organizaciones delictivas están más descentralizadas y ya no se enfocan en un único negocio, prefiriendo participar en una variedad de actividades legales e ilegales.

“Hoy día es difícil hablar de 'carteles' porque su estructura ya no es piramidal, como el viejocartel de Medellín ,” comentó el especialista en crimen organizado, Eduardo Salcedo-Albarán, director de la Fundación Vortex en Colombia.

La tendencia significa la formación de redes transnacionales, las cuales ya no concentran la autoridad de toma de decisiones en una única persona, según Salcedo-Albarán.

“Es aún más difícil hablar de 'carteles de narcotráfico', dado que muchas redes tales como las mexicanas Los Zetas, Los Caballeros Templarios y Sinaloa, también participan en extorsión, secuestros, piratería, tráfico de personas, minería ilegal y lavado de dinero”, agregó Salcedo-Albarán.

En abril de 2013, el procurador general mexicano desmanteló una célula de Los Zetas que exportaba petróleo robado de los oleoductos de Pemex en el estado de Hidalgo.

“Se ha producido una evolución de las llamadas enterprise syndicates [organizaciones volcadas a los negocios] hacia nuevas estructuras criminales de tipo power syndicate, las cuales basan su poder en el control del territorio”, explicó Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en México.

Éste es el caso de las organizaciones delictivas mexicanas, las pandillas centroamericanas conocidas como maras, los comandos en Brasil y las BACRIM (bandas criminales).

“Todos ellos dependen no solamente de un negocio, sino de una gama de negocios que responden a la dinámica económica del territorio que controlan”, agregó Mazzitelli.

Dicho territorio podría ser un barrio, una favela, una aldea o incluso partes de una ciudad, precisó.

“Primero controlan los mercados criminales (narcotráfico, extorsión, tráfico de personas), luego los ilegales (falsificación, piratería), y en algunos casos, las empresas de negocios legítimos”, añadió Mazzitelli. “Si hay una demanda de drogas en el territorio, habrá drogas. Si hay una ruta de inmigrantes ilegales, habrá inmigrantes ilegales”.

El próximo paso es la infiltración en los sectores amplios de la sociedad.

“Cuando hablamos de crimen organizado, tendemos a pensar solamente en los delincuentes. Pero las estructuras de estas redes tienen una parte más compleja: las áreas grises entre lo legal y lo ilegal”, dijo Salcedo-Albarán. “Se trata de hombres de negocios, banqueros y autoridades gubernamentales que proporcionan información y contribuyen al éxito de la red”.

Centroamérica

El aumento del crimen organizado ha ayudado a convertir a Centroamérica en la región más violenta del mundo.

En 2013, los índices más altos de asesinatos se registraron en Honduras (79 por 100.000 habitantes), El Salvador (42) y Guatemala (35), según Pedro Trujillo, director del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco Marroquín, en Guatemala.

Trujillo agregó que existe un creciente vínculo entre los grupos criminales en Guatemala y algunas situaciones de conflictividad social.

“Cuando ciertos manifestantes bloquean autopistas para protestar contra la explotación de los recursos naturales, los territorios afectados son utilizados para transportar narcóticos”, comentó. “Los aviones aterrizan en pistas clandestinas para descargar drogas o para llevarlas de los lugares donde las ocultan a la frontera con México”.

Algunas protestas medioambientales han sido realizadas para proteger zonas controladas por narcotraficantes, según Trujillo. La meta es impedir la entrada de fuerzas de seguridad en esos territorios.

“En el departamento [guatemalteco] de San Marcos, en la frontera con México, la compañía de electricidad no puede entrar para reparar los contadores porque está bloqueada por grupos tales como el Frente Nacional de Lucha (un movimiento revolucionario que actúa en defensa de los servicios públicos y recursos naturales)”, explicó, agregando que San Marcos es uno de los epicentros del narcotráfico en Guatemala.

El crimen organizado participa en asesinatos por contrato, lavado de dinero y tráfico de personas por toda Centroamérica.

“Grupos sofisticados como Los Zetas dominan ahora las rutas del narcotráfico. Y si ya cuentan con rutas para transportar drogas, pueden utilizarlas para transportar personas”, señaló el criminólogo James Finckenauer, profesor emérito en Rutgers University en el estado de Nueva Jersey, EE.UU

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Sudamérica

Por toda Latinoamérica, se forman redes criminales desde la base.

En la fase inicial de operaciones, dominan territorios mediante el uso de la violencia, antes de establecer poder político local para lograr un cierto nivel de legitimidad entre los residentes.

“A medida que consolidan su poder en el territorio, las redes infiltran e incluyen a niveles más altos del Gobierno hasta que llegan a integrar el nivel transnacional de actividades tales como el narcotráfico”, indicó Salcedo-Albarán.

Éste fue el camino tomado por el grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quienes a fines de la década de los 90 estaban detrás de la elección de alcaldes, gobernadores y congresistas, agregó Salcedo-Albarán.

Un monopolio del crimen

La tendencia dentro del crimen organizado es a formar monopolios, afirman los expertos.

“[En Brasil], el Primeiro Comando da Capital (PCC) está logrando un monopolio para la venta de armas y drogas”, precisó Marcus Reis, un especialista brasileño en crimen organizado y terrorismo. “El PCC puede ahora fijar el precio de la droga en São Paulo, en el nordeste y sur de Brasil”.

La organización seduce a nuevos miembros propagando los “lazos familiares” que mantiene con miembros encarcelados.

A pesar de las disputas del PCC con otros grupos criminales en Brasil, tales como el Comando Vermelho y Amigos dos Amigos en Rio de Janeiro, Reis afirmó que existirán “adaptaciones” entre estas fuerzas criminales.

“Estos grupos van a celebrar acuerdos para garantizar el monopolio brasileño en el precio de las drogas”, comentó. “Cuanto más competidores, peor es para ellos. Eso es lo que está sucediendo en México, donde existen varias organizaciones grandes que luchan entre sí”.

En los últimos años, el aumento de la presión ejercida por las fuerzas de seguridad en México y Colombia ha llevado a la migración de narcotraficantes por toda la región.

Muchos van a Argentina, atraídos por el alto nivel de vida y la infraestructura de autopistas, puertos y aeropuertos, según los analistas.

Ciudades como Rosario, Buenos Aires y Córdoba se han convertido en los puntos centrales de acciones de las BACRIM colombianas y células de los carteles mexicanos Los Zetas y Sinaloa, los cuales trafican drogas y personas a Europa.

“Estamos cerca de ser el nuevo México”, indicó el congresista argentino Gustavo Vera, presidente de la Red Nacional Antimafia. “Los narcotraficantes están matando a personas a plena luz del día y atacando los medios de comunicación, que es lo que ha sucedido en el caso del periódico El Solen la provincia de Mendoza”.

El aumento del consumo de drogas en Sudamérica también afecta a las naciones productoras de narcóticos, como Bolivia.

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