El tema de las diversas formas de corrupción debería ser objeto de un debate constructivo en este espacio. Hablar de corrupción en Colombia tiene ahora una connotación de ingenuidad. Lo que tenemos son diversas manifestaciones del crimen organizado. Y peor que eso, crimen organizado que utiliza violencia, intimidación, extorsión. En el escandaloso caso de Bogotá, al parecer, no existieron estos elementos, pero en otros casos descritos por Luis Jorge Garay, tales elementos están presentes; violencia (incluido homicidio en algunos casos, Córdoba, La Guajira, Arauca, La Soledad, etc.), intimidación y extorsión, en otros. Y creo que no hay plena consciencia sobre el fenómeno y sobre la urgencia de atacarlo.
Las fórmulas convencionales del Banco Mundial y Transparencia Internacional, no han servido para contrarrestar este tipo de flagelo. Luis Jorge Garay plantea que en algunos casos ha ocurrido una reconfiguración del Estado.
El tema no debe dar lugar a exageraciones. Pero no debe ser subestimado.
Es preocupante. El informe que publicó La Silla Vacía sobre Cota ha debido generar alguna reacción. No ha pasado nada.
Lo que publicaron en un libro hace seis meses León Valencia y Ariel Ávila Martínez, es aún más descomunal: que 32% del Congreso que elegimos en 2014 tiene vinculaciones non-sanctas!!! Y nadie considera que éste sea un dato que denigra de nuestra democracia. Los aludidos, miembros del Congreso, no se dan por enterados. No rectifican, No protestan. Como que así son las cosas. Como que eso es lo natural. Lo normal. Por qué inquietarse!!!
La Universidad San Martín no es un caso aislado. Lo que publicó Semana.com sobre Mancuso y la Universidad de Córdoba, deja al lector sin respiración. ¿Y acaso es la única institución de educación superior que vivió algo semejante? La Universidad que dirigía la señora Silvia Guette en Barranquilla…
Es el legado de lo que fue la influencia, en algunas regiones de Colombia, de las guerrillas, “el Paramilitarismo”, los Carteles de las Drogas, el clientelismo desbocado.
En los países donde hay corrupción esta forma de crimen organizado no existe.
México, Guatemala, Perú, países estudiados, también, por Luis Jorge Garay, experimentan situaciones similares a la aquí descrita.