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“Criminales no existirían sin relación íntima con el Estado y sociedad: Garay y Salcedo en CNN”


Los especialistas dijeron que es necesario que las autoridades combatan al sector legal que apoya a los narcotraficantes, ya que gracias a ellos pueden operar.

El economista colombiano Luis Jorge Garay y el filósofo Eduardo Salcedo, autores del libro Narcotráfico, corrupción y estado, hablaron de la importancia de la captura de Joaquín Guzmán Loera El Chapo; coincidieron en que los criminales no continuarían sin apoyo del Estado y de la sociedad.

Las organizaciones criminales no podrían seguir si no tuvieran relaciones íntimas con el Estado y de la sociedad civil, porque no tendrían cómo reproducir ese capital no sólo financiero, sino el capital político y esa reproducción del capital ilegal sólo se puede hacer a través de legalidad o de la zona opaca entre la legalidad y la ilegalidad, se trata de toda la legitimación social, explicaron en entrevista con Carmen Aristegui en CNN.

Garay afirmó que es bienvenida la captura de un capo de una organización transnacional reconocida, lo que hay que resolver es qué tan importante era El Chapo en este momento, es probable que una estructura de la magnitud del Cártel de Sinaloa que maneja alrededor de 12 mercados ilícitos simultáneamente, requiere un nivel de desentralización funcional y por lo tanto debería de haber otros coordinadores que tenían o tienen relación con El Chapo y que podrían asumir el manejo de la estructura.

Garay hizo una comparación con el Cártel de Medellín, de Colombia y su líder Pablo Escobar.

Llevamos tres épocas de diferencia entre Pablo Escobar y El Chapo Guzmán; el primero, después de haber enfrentado al Estado y a la sociedad, optó por trabajar por las comunidades, ofreciendo mejoras, casas, lugares de recreación, patrocinando acciones sociales, aún cuando estaba en medio de la guerra con el Estado y la sociedad. Cuando él murió hubo un movimiento social que incluso persiste, su tumba es sagrada en Medellín, indicó Garay.

La situación actual de el Cártel de Sinaloa es muy distinta que la del Cártel de Medellín pues era totalmente centralizado, dijo.

Garay comentó que el Cártel de Sinaloa se parece más al de Cali que al de Medellín ya que este último confrontó directamente al gobierno.

El economista explicó que pareciera que el Chapo Guzmán desde muy temprano no tuvo como objetivo atacar directamente al Estado, sino que prefirió la cooptación, es cuando hay una infiltración que en sus etapas iniciales puede ser a través de soborno, cohecho, pero que en su etapa más desarrolladas, como pudiera ser este caso, ya se trata de una infiltración de acuerdos políticos, financieros o económicos para colaborar con fracciones o ciertos ámbitos del Estado a nivel especialmente local, regional y no sabemos si nacional. Por ello no se distingue por ser el cártel más violento en México.

Agregó que los narcotráficantes son muy hábiles en aprender, innovar y adaptarse a las circunstancias. Toda captura es bienvenida, infortunadamente la atención pública y a veces la de las autoridades se concentran en ese hecho y se olvidan que eso es sólo la punta del iceberg, en el caso de El Chapo ha habido unos avances porque aparentemente fue una labor de inteligencia, y eso es fundamental dada la estructura que existe ya, se necesita inteligencia, la policía y militares es un elemento clave poro no suficiente. Se puede pensar que con la captura de un capo como El Chapo se desvanecen las estructuras, pero no es así en etructuras sólidas.

Hay que trabajar muy duro no sólo contra los capos y los criminales sino contra los grises, osea los opacos que colaboran y facilitan la operación. Si no se actúa contra abogados, economistas, profesionales, comerciantes (que están involucrados) para desvertrebar esa vinculación entre lo legal y lo ilegal, va a ser muy difícil, enfatizó Garay.

Es fundamental entender que esto es un proceso no sólo policial, judicial y militar, también es un proceso de políticas públicas, sociales y culturales, hay que seguir trabajando con unas políticas que permitan que la gente que ingresa a estas estructuras como sicarios es porque la sociedad y el Estado no los provee para que pueda tener un proyecto de vida legal, indicó.

Por su parte Eduardo Salcedo dijo que lson as subredes que conforman una macrored, están vinculadas diversas redes a esa red principal. Seguimos pensando en las zonas oscuras, en los criminales de tiempo completo, pero no vemos la zona gris, en la que se mueven los actores que se mueven entre lo legal y lo ilegal como líderes políticos, banqueros, empresarios, los cuales permiten que se pueda lavar el dinero, ya que están en el lado legal.

Tiene que haber algún tipo de interacción que le permite a los narcotraficantes seguir operando, les permite continuar existiendo sin que las autoridades logren identificarlos, afirmó Salcedo.

Autodefensas en México

Salcedo indicó que en Michoacán hay un Estado social de derecho que se ha roto, una ruptura que puede llegar a ser “aún más grave”.

“Ante la posibilidad de que estas fuerzas logren en algún momento colaborar de manera armónica con las autoridades, son fuerzas que están fuera en estricto sentido del escrutinio público, no tienen ningún tipo de verificación, por lo que los riesgos son muy altos”, consideró.


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